“Internet de las Cosas” también se convierte paulatinamente en “Internet del Cuerpo Humano”. El desarrollo de dispositivos que se aplican directamente en la superficie o en el interior del cuerpo humano, conocidos como “wearables implantables”, son la evolución en marcha de las tecnologías digitales aplicadas al campo de la salud.
Wearables implantables
Estos “wearables implantables” digitales, aportarán información no solo de constantes vitales y medidas de diversos parámetros fisiológicos, sino que entrarán de pleno en la personalización de los tratamientos. Cubrirán objetivos preventivos y aportarán un gran volumen de datos para la investigación que permitirá profundizar en el conocimiento de muchas patologías y en el desarrollo de nuevas terapias.
Algunas iniciativas actuales en el campo de la e-salud son el desarrollo de cápsulas ingeribles que aportan datos en formato digital que permiten conocer aspectos como la distribución y volumen de grasa en pacientes obesos, o informar a los médicos si un paciente está tomando la medicación de forma correcta o si esta está actuando adecuadamente.
e-health y enfermedades crónicas
El campo del e-health tiene un especial desarrollo en enfermedades crónicas, las que mayor incidencia tienen en la población y las que mayor peso de gasto suponen para los sistemas de salud. Cualquier herramienta digital que permita mejorar la prevención, potenciar la adherencia y cumplimiento del tratamiento, o anticipar mediante la monitorización digital un empeoramiento del paciente para reducir el número de exacerbaciones e ingresos hospitalarios no programados, supondrá un enorme ahorro de costes y una mejora muy importante en el manejo de estas patologías y además de aumentar el bienestar de los pacientes que las sufren.
La diabetes es un claro ejemplo de desarrollos que permitirán un mejor control de la enfermedad. El desarrollo de tatuajes temporales por investigadores de la Universidad de California, en San Diego, permitirían monitorizar la glucemia de un individuo de forma constante e indolora, sin necesidad de tener que sufrir los molestos pinchazos necesarios en el método habitual de control de glucemia. En este mismo sentido, Google está desarrollando unas lentillas que disponen de chips sensores capaces de medir la glucemia y transmitir la información en formato digital de forma inalámbrica.
También en el campo de la investigación en diabetes está el desarrollo de un páncreas artificial que, controlado mediante un smartphone, monitoriza de forma digital y continua los niveles de glucosa en sangre y libera las dosis de insulina necesarias para mantenerlos dentro del rango más idóneo de glucemias. Un avance que de salir adelante, se espera para 2018, supondría un salto cualitativo enorme en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con diabetes melitus tipo 1.
Los gigantes tecnológicos entran en juego
Microsoft, el otro gigante digital que como Google y Apple ha entrado con fuerza en la salud digital, patrocina un proyecto que consiste en un chip que permite dosificar hormonas contraceptivas desde el interior del organismo. Este desarrollo, en colaboración con el MIT (Massachusetts Institute of Technology), consistiría en un implante de larga duración y permitiría controlar su funcionamiento, siendo posible incluso detener su funcionamiento en caso de que la usuaria desee tener familia.
Todos estos avances sobre base digital tienen un enorme potencial de mejora de la calidad de vida de las personas que sufren estas enfermedades, permitirá también importantes ahorros a los sistemas sanitarios de salud y ayudará a que los tratamientos sean más eficaces y eficientes.
Wearables implantables y ciberseguridad
Sin embargo, hay aún escollos a superar en el campo de la e-Salud o salud digital. Uno de ellos ya fue mencionado en mi post anterior “Tornillos que hablan”. Se trata la seguridad digital o ciberseguridad. Los dispositivos implantables, como muchos de los wearables actuales, son sensibles a los ataques cibernéticos, que pueden afectar a su funcionamiento o simplemente permitir a los atacantes apoderarse digitalmente de datos, en este caso tan sensibles, como son los de la salud de un individuo, cuya privacidad debe estar garantizada.
Por eso también habrá que preguntarse ¿Con quién habla mi implantable?